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ME HAGO MAYOR… ¡QUÉ BIEN!

Ir cumpliendo años es una de las realidades que todo el mundo quiere que se cumplan y que no se interrumpa de ninguna manera.  Pero luego nos acostumbramos a poner a la contra de lo que ello significa al ir perdiendo ciertas ventajas propias de la juventud.  Ello puede suponer entrar en una actitud negativa, de no aceptación y de vivir con ilusión menguante ante unas épocas fantásticas en la vida de cualquier persona.

Aquí van 10 reflexiones que he ido incorporando a medida que he ido madurando:

 

1) Las ilusiones y proyectos son más importantes que los recuerdos

2) Que el dinero perdido se puede recuperar, pero el tiempo perdido se pierde para siempre

3) Aprender a aprender y a cambiar tu mismo es un #SúperPoder

4) No eres tu trabajo, pero tu trabajo es parte de ti. Hay que conectarlo con el propio interés y pasión vital

5) El Networking y el crear riqueza va más de dar que de tomar

6) El mejor profesor son tu experiencia y tus errores

7) La buena actitud es más importante que la buena formación

8) Tus hábitos son los que te llevan a la vida que deseas

9) Tu propósito y tu sentido vital son más importantes que el esfuerzo y la fuerza de voluntad

10) El fin de la vida es darle sentido. La felicidad solo una consecuencia

 

Vivimos una realidad compleja e incierta, pero a la vez apasionante y repleta de oportunidades.

Oportunidad es la visión y posibilidad de conseguir algo provechoso para un@ mism@ o para alguna otra persona o la sociedad o el planeta en general.

Y detectar, crear o encontrar una oportunidad depende básicamente de la suma de 3 cosas:

CIRCUNSTANCIAS + ACTITUD + ACCIÓN

 

1) CIRCUNSTANCIAS. Son las que son y, normalmente, poco podemos influir en ellas. Sean positivas, negativas o pésimas, siempre comportan un montón de oportunidades para quien quiera verlas y aprovecharlas

2) ACTITUD: Es esencial tener la mentalidad adecuada para querer «Ver» la posible oportunidad que se esconde para ti en cada realidad. Curiosidad, pensamiento positivo, enfoque de solución, posición luchadora, necesidad, compromiso, voluntad

3) ACCIÓN: Se vive de lo que hacemos, no de lo que potencialmente podemos hacer. Tener el coraje de activar la posible oportunidad, arriesgarse a un posible fracaso, saber dar el paso a pesar de todas las dudas y, en definitiva, estar en posición emprendedora y proactiva, serán al fin, las claves para que aflore cada oportunidad

Es muy fácil encontrar, aflorar o crear oportunidades si nos convertimos en sumadorxs de estos 3 factores, pero la fórmula tiene un secreto: cada persona debe asumir la responsabilidad… no se puede delegar en nadie. Y (desgraciadamente) ni la sociedad te lo facilitará, ni te lo enseñarán en la escuela.

Extracto del artículo que he publicado en la revista MUNDO EMPRESARIAL (Junio 2019) 

 

El cambio, la innovación y la pasión por explorar el futuro deben formar parte del ADN de la compañía.

Cuando preparamos una nueva aventura a un lugar totalmente desconocido, incierto y complejo, nos enfrentamos siempre al reto clave de componer el equipo adecuado para afrontarla con las máximas garantías de éxito.

Y para ello, el mundo de la empresa se parece mucho más a una aventura que a una práctica puramente deportiva o competitiva.

Para crear equipos y estructuras eficientes en la gestión y en el liderazgo en un entorno híper cambiante e incierto, propongo mi “Regla de los tres tercios”:

  • Primer Tercio: Experiencia. Evidentemente es importante, pero está sobrevalorada en las empresas, y si domina excesivamente, distorsiona la organización, y crea estructuras ineficientes para cambiar, innovar y adaptarse al mundo radical que viene.
  • Segundo Tercio: Aprendizaje. Formación continua. Mentalidad auténtica de aprender y descubrir nuevas maneras de hacer las cosas.
  • Tercer Tercio: Aprendizaje y adaptación sobre la marcha. Esta es la capacidad más difícil de detectar y potenciar en los miembros de un equipo. Es la que más escasea en las organizaciones, y la que más marcará el éxito o el fracaso de nuestro proyecto.  La experiencia la podemos valorar hasta el punto que creamos oportuno, y contratar o promocionar ejecutivos de forma más o menos objetiva.  El aprendizaje continuo lo podemos organizar y detectar si tenemos un equipo realmente abierto a aprender y desaprender cosas.  Pero luego necesitamos que todo este equipo esté dispuesto a avanzar sin tenerlo todo controlado y sin disponer de todas las capacidades necesarias (porque todavía se desconocen), pero con el máximo compromiso y confianza en el proyecto.  Si esperamos a avanzar a que tengamos toda la ruta controlada y todas las capacidades preparadas, seguramente ya iremos tarde y otros nos habrán ganado la partida.

Debemos decidir si queremos una organización dominada por dinosaurios o por exploradores.

 

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